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Nueve horas y 30 minutos por delante de Nueva York. Cinco horas y 30 minutos por delante de Londres. Tres horas y 30 minutos detrás de Tokio.
Durante más de un siglo, los relojes de la India no han llegado oficialmente a la hora completa al calcular la diferencia horaria que tiene con la mayoría de los países.
Y si bien es parte de un pequeño grupo de naciones y territorios que comparten ese intervalo de 30 minutos (incluidos Irán, Myanmar y partes de Australia), India es quizás el caso atípico más improbable.
La enorme nación del sur de Asia abarca geográficamente lo que normalmente serían dos zonas horarias, pero para frustración de algunos grupos, se aferra a sus inusuales ajustes de reloj, negándose a separarse de un sistema que tiene un pasado muy complicado.
La zona de media hora de la India se remonta al dominio colonial de la India y a la época en la que los barcos de vapor y los trenes cada vez más rápidos estaban reduciendo el tamaño del mundo.
Hasta el siglo XIX, la India -como la mayoría de los lugares del mundo- operaba en tiempos muy localizados, que a menudo eran diferentes no sólo de una ciudad a otra, sino también de un pueblo a otro. Pero en el fondo desempeñó un papel clave la Compañía de las Indias Orientales, una organización comercial despiadada y poderosa de propiedad británica que gradualmente tomó el control de grandes partes del subcontinente.
La Compañía de las Indias Orientales administraba uno de los primeros observatorios de Asia, en Madrás (ahora conocido como Chennai) en 1792. Una década más tarde, el primer astrónomo oficial de este observatorio declaró que la hora de Madrás era “la base de la hora estándar india”.
Sin embargo, fueron necesarias algunas décadas, la llegada de las locomotoras de vapor y los intereses comerciales de la Compañía de las Indias Orientales para que eso se mantuviera.
Colección Hulton Deutsch/Corbis/Getty Images
El sistema ferroviario de la India se estableció a mediados del siglo XIX.
“Los ferrocarriles tuvieron una inmensa influencia sobre las potencias coloniales”, dice Geoff Gordon, investigador principal en derecho internacional público de la Universidad de Ámsterdam.
“Antes de que los ferrocarriles ganaran la contienda por la época de Madrás, hubo una contienda entre las ciudades poderosas: Bombay y Calcuta”, añade Gordon. “Esa pelea no duró mucho”.
Mientras tanto, debates similares en todo el mundo, impulsados por la necesidad de coordinar mejor los viajes ferroviarios transcontinentales y mejorar la navegación marítima, llevaron al establecimiento de las primeras zonas horarias internacionales en una conferencia celebrada en Washington DC en 1884.
Las zonas se basaron alrededor del Meridiano de Greenwich, una línea de longitud que corre de norte a sur a través del Observatorio de Greenwich en Londres. Las zonas horarias al este del meridiano suelen ser posteriores a la hora media de Greenwich (GMT) en incrementos de una hora.
Tomó un tiempo hasta que el sistema se adoptó a nivel mundial. En la India, la gente todavía discutía sobre la hora de Madrás. A pesar de la adopción del horario por parte de los ferrocarriles del país, enfrentó una oposición considerable de los trabajadores y las comunidades locales que no estaban dispuestas a que se les impusieran nuevos horarios rígidos.
“Hay menos espacio para maniobrar porque tus ritmos de trabajo ya no están vinculados con tu jefe en la calle, la campana de la iglesia y las otras 20 personas con las que vas a trabajar”, dice Gordon. “Pero ahora lo determina el ferrocarril que llega una vez al día”.
Finalmente, Madras Time se estableció en todo el país en 1905, quedando sólo unos pocos reductos.
A principios del siglo XX, las asociaciones científicas presionaron para calibrar la hora de la India al GMT.
La Royal Society de Londres propuso dos zonas horarias para la India, ambas en incrementos de horas completas respecto de GMT y entre sí: seis horas por delante de GMT para el este y cinco horas para el oeste del país.
Esa recomendación fue rechazada por el gobierno colonial, que optó por una hora unificada que se situaba justo en el medio: cinco horas y media por delante de GMT.
-“Me parece algo típico de la mentalidad colonial”, dice Gordon.
Y así, en 1906, los gobernantes británicos de la India introdujeron lo que hoy se conoce como hora estándar india.
Wong Maye-E/AP
En 2015, Corea del Norte estableció su propia zona horaria para diferenciarse de Corea del Sur.
Si bien la diferencia de 30 minutos es un vestigio persistente del pasado colonial de la India, algunos países han cambiado sus propias zonas horarias más recientemente.
El ex presidente de Venezuela, Hugo Chávez, retrasó los relojes media hora en 2007 para dar a los escolares más horas de luz, una medida que luego fue revertida por el actual líder Nicolás Maduro.
En 2015, Corea del Norte perdió la sincronización con Corea del Sur al crear la “hora de Pyongyang”, lo que puso al país ocho horas y media por delante de GMT en lugar de nueve.
Sin embargo, la toma de decisiones sobre la zona horaria de la era colonial de la India reflejó un coro de voces políticas, científicas y comerciales tanto dentro como fuera del gobierno, dice Gordon.
Compara la India durante este período con “Brasil”, la oscura película de ciencia ficción distópica de 1985 dirigida por Terry Gilliam, o los artilugios cómicamente complicados dibujados por el caricaturista estadounidense Rube Goldberg.
“Es simplemente esta construcción increíblemente desordenada al estilo de Rube Goldberg, que se construye a través de muchos aportes diferentes, mucha gente actuando de manera oportunista, mucha gente actuando ingenuamente”, agrega. “Había mucha rareza y desenfreno”.
Noticiero/Shutterstock
Un turista cruza el primer meridiano de Greenwich, Londres.
La zona horaria única de la India ha sido objeto de mucho debate a lo largo de los años, y las poblaciones del noreste exigen una zona horaria separada dada la extensión del país.
Aunque este problema no es exclusivo de la India: geográficamente, China es el tercer país más grande del mundo y todavía solo tiene una zona horaria, lo que, según un estudio de 2014, es un símbolo del control centralizado del Estado sobre la vida cotidiana de las personas.
Los cronometradores oficiales de la India, el Laboratorio Nacional de Física, incluso pidieron dos zonas horarias separadas debido a esta cuestión, citando informes de que la hora de la India “afecta gravemente” las vidas de las personas en el noreste.
En su lugar, propuso dos zonas horarias: cinco horas y media antes de GMT para un lado de la India y seis horas y media para el otro, específicamente lo que describieron como “regiones del extremo noreste”, incluidas áreas como Assam y Arunachal Pradesh. .
“A pesar de las diferencias geográficas, como que el sol sale y se pone casi dos horas antes en el noreste en comparación con Gujarat, ambas regiones se adhieren a la misma zona horaria”, dice Maulik Jagnani, profesor asistente de economía en la Universidad de Tufts.
Jagnani publicó un artículo ampliamente citado en 2019 que destaca el impacto de la luz solar en los ritmos circadianos naturales en la India, centrándose en los niños.
“Esta configuración afecta los patrones de sueño de los niños […] Los niños expuestos a puestas de sol más tardías se acuestan más tarde”, añade Jagnani. “Los horarios fijos de inicio de clases y de trabajo no permiten los ajustes correspondientes en los horarios de despertarse, lo que conduce a una reducción del sueño y a peores resultados educativos”.
La NPL también reconoció este problema y agregó que el impacto del ritmo circadiano en la salud y la eficiencia laboral está ligado al “desarrollo socioeconómico general de la región”.
Sin embargo, parece que la inusual zona horaria de la India llegó para quedarse. Cuando la cuestión de la introducción de dos zonas horarias se planteó ante el parlamento de la India en 2019, un comité gubernamental rechazó el concepto por “razones estratégicas” no especificadas.
