Meghan Markle parecía haber tomado una decisión acertada en un intento por proteger a su esposo, el príncipe Harry, de la hostilidad que ella pudo haber previsto.
El duque de Sussex, que había volado solo a Londres, asistió el miércoles al tan esperado décimo aniversario de los Juegos Invictus en la Catedral de San Pablo. Si bien Meghan figuraba como invitada al evento, la duquesa se saltó, aunque por una buena razón, según el experto real Richard Fitzwilliams.
Fitzwilliams sugirió El espejo que Meghan “decidió sabiamente que una prensa y un público hostiles preferirían que ella se mantuviera alejada del servicio en St Paul’s” y que su próxima visita a Nigeria es una “cobertura para lo que es un revés”.
Según los informes, el príncipe Harry había solicitado al rey Carlos una reunión con un mes de antelación, pero esa solicitud fue rechazada. Un representante de Harry dijo a la prensa que la reunión no tuvo lugar debido al “diario de programas completo” del Rey.
El experto señaló que esto será visto como un “desaire” a pesar de que fuentes revelan que el monarca siempre ha mantenido la puerta abierta para su hijo menor.
“Esto será visto como un desaire. No hay duda de que esto no se organizó como debería haber sido, ya que el rey Carlos siempre ha dejado claro que su puerta está abierta para Harry”, añadió.